La Copa Libertadores entra en etapa de infarto. De ahora en adelante solo se celebran partidazos, con equipos argentinos y brasileros como principales protagonistas. Del lado verdeamarelo, Flamengo y Gremio; en la acera de enfrente, River Plate y Boca Juniors. Entre ambos, la confrontación albiceleste supone el mayor foco de atención mediática, por la condición de superclásico y por haber sido los protagonistas de la última final del torneo continental, cuyo juego decisivo tuvo lugar en Madrid, en el Santiago Bernabéu, y que terminó con victoria millonaria.
El 1 de octubre de 2019, el estadio Monumental de Buenos Aires recibirá, una vez más, un duelo cargado de pasión e historia, esta vez, en el marco de las semifinales de la Libertadores. River busca su segundo pase a una final de forma consecutiva, y el tercero en los últimos cinco torneos (2015 y 2018). Boca, por su parte, necesita reivindicarse ante su público tras la dramática derrota en la capital española, y después del más reciente encuentro entre ambos, registrado el 1 de septiembre, durante la jornada 5 de la Liga Profesional de Fútbol, y que arrojó un soporífero resultado en ‘tablas’.
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La rivalidad histórica entre el Millonario y el Xeneize se remonta a principios del siglo XX, y desde entonces, cada uno de los 374 partidos que han disputado se han transformado en batallas por la gloria y el prestigio. A la cita del 1 de octubre arriban con necesidades muy particulares, y que requieren de una estrategia y de jugadores dispuestos a todo en la cancha. La tropa de Marcelo Gallardo tiene la obligación de defender a sangre y fuego su fortaleza, y, de ser posible, sacar un resultado que les otorgue margen de maniobra de cara al enfrentamiento de vuelta en La Bombonera, programado para el día 22 del mismo mes. Para lograr tal cometido, El Muñeco cuenta con figuras como Rafael Borré, Lucas Pratto y Enzo Pérez.
Si el River está obligado a plantar férrea resistencia por su condición de local, el Boca no tiene más alternativa que evitar la derrota o ganar. Gustavo Alfaro cifra sus esperanzas en una defensa dirigida por el gladiador, Daniele de Rossi, y en el desempeño inestimable de Marcelo Weigandt y Nicolás Capaldo. El regreso del lesionado Ramón Ábila y la posible entrada de Carlos Tevez desde la reserva, podrían sumar a la estrategia del técnico, pero todo dependerá de lo que ambos demuestren en los entrenamientos previos al juego.
