Lo que surge como un simple interés por diversión y lucros puede transformarse en una verdadera pesadilla, si no se tienen en cuenta todas las aristas del caso. El juego es una actividad singular de la que se desprenden diferentes temas y problemas ulteriores, que tienen que ser analizados en su justa dimensión por quienes pretenden dar los primeros pasos en el mundo del azar, y especialmente el azar digital. Se debe estar consciente de que los riesgos asociados son reales y que cualquier estimulo puede conducir al apostador a tener que confrontarse con tales peligros.
Riesgo financiero
Las finanzas personales son el primer “blanco” de las adicciones relacionadas con las modalidades de fortuna. Ahorros, fondos para gastos corrientes y tarjetas de crédito pueden verse seriamente afectados por el descontrol de las personas que sufren algún tipo de ludopatía. Esto se traduce en pérdida de rendimientos, incumplimiento de contratos financieros y, por ende, conflictos familiares. Para intentar evitar este tipo de situaciones, los casinos y casas de apuestas online disponen de mecanismos de autoexclusión y limitación del monto de las transferencias a las cuentas de juego, entre otros, que evitan, hasta cierto punto, los escenarios anteriormente descritos.
Salud física y mental
Las consecuencias de una errática gestión económica y del acentuamiento de señales de la ludopatía, son la combinación “perfecta” para el aparecimiento de problemas ligados a la salud tanto física como mental. Ante este brote de indicios negativos, la primera respuesta debe estar dirigida a la búsqueda de información que permita identificar síntomas y seleccionar posibles tratamientos. Instituciones como Coljuegos y JuegaBien.co tienen un rol importante en la divulgación de datos, así como en la capacidad de guiar a las personas en el largo y complicado camino que supone la recuperación de la adicción derivada de las actividades de azar.
Aislamiento social
Los conflictos psicológicos alteran el comportamiento normal de las personas, arrojándolas a una concatenación de acciones incongruentes que, frecuentemente, alertan al contexto familiar de que algo no está bien. El aislamiento social es uno de los indicios más comunes en quienes sufren de algún tipo de ludopatía, y éste acaba por evidenciar, ante terceros, la necesidad de una intervención de mayor calado. Es en esta etapa en que el núcleo más próximo puede contribuir significativamente a la solución, al conminar al afectado a ser tratado por especialistas. Posteriormente, los integrantes de ese mismo grupo servirán de muro de contención, una vez superada la adicción, contra cualquier estímulo perjudicial para el estado de salud del paciente.
Problemas familiares
La familia y los amigos, como ya hemos señalado, son uno de los apoyos de mayor relevancia entre las personas que padecen de adicción al juego. Su papel no solo se limita a la etapa de reconocimiento de la enfermedad, también se extiende a la fase posterior al período de recuperación médica. ¿Por qué? Porque contribuyen a componer un ambiente libre de situaciones estresantes que se traduzcan en el desencadenamiento de impulsos contraproducentes para la estabilización del paciente.
Problemas laborales
Los riesgos financieros, los problemas familiares y las perturbaciones físicas y mentales terminan por desbordar el ámbito privado, llegando a afectar el diarismo laboral. Ausencias constantes, incumplimiento de los plazos establecidos y desatención de los proyectos asignados, se incluyen entre las situaciones conflictivas que más se repiten en el comportamiento de las personas ludópatas. Estas problemáticas desembocan en una caída sustancial del rendimiento laboral o, inclusive, en el despido forzado, lo que acaba por completar el circulo vicioso formado por aprietos en el seno familiar y dificultades financieros.
